"El tiempo es la mayor mentira de todos los tiempos". |
Un día de lluvia, llega el Sol. Todo está gris, vulgar, roído por la metralla. Lo que ayer era piedra, ni siquiera es ceniza ya. "Hoy no tenías que haber venido, todavía no". Los diamantes brillan en la oscuridad, pero ¿qué importa eso cuando la oscuridad está tan lejos bajo tus pies descalzos? El cielo es opaco, no hay horizonte, ni horizontes, o color. Pensándolo bien...sólo puedes ver esa pantalla que te abraza, y atrapa en su tela vieja sin araña. ¿Es esto el noúmeno? Si la realidad no se puede ver, ¿se puede imaginar? Imaginemos.
Estás en una cama, postrada o postrado, de hecho...no tienes sexo. Hay algo así como... cinco o seis personas a tu alrededor...¡y de repente son una masa de batas blancas, gafas y cualquier cosa más! Todos hablan entre sí, cada vez que parpadeas oyes una voz: "Se está despertando", o, "¿Se despertará por fin?". Y entonces aparece ella. Es una mujer con gafas oscuras de espejo y carmín "rojo Channel". Su cabeza se acerca más y más a ti mientras el resto de individuos hablan sin prestar atención. Luego se aleja, y descubres que tu cuerpo es algo así como el de un niño de cuatro años gigantesco. El pelo, corto y mal cortado; una camisa de manga corta, que te queda corta; unos pantalones cortos de lunarcitos "verde agua" que bien podrían ser calzones. Estos últimos te suenan de algo, pero no lo piensas demasiado. Los leotardos de lana que cubren tus piernas dan un calor espantoso, tan inaguantable como el olor a pis y heces podridas o blanditas que los recubren en su mayor parte...
Vuelve a la realidad. Seguirás en coma el resto de tu miserable y patética vida. Nunca conocerás a esa chica porque estás manchado. Así que levántate del inodoro, tira de la cadena (por favor), y sal del baño.
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