Camina conmigo

Si caminas boca abajo encontrarás un río...

El agua estaba tibia aquella noche, cuando dos amantes cantaban cogidos de la mano una antigua canción india. Hablaban de un guerrero que lanzaba flechas a las estrellas y el cielo estallaba en supernova.

Si caminas boca arriba encontrarás un árbol...

Aquellas hojas verdes resbalan entre tus manos. La sabia viscosa es una culebra albina que serpentea en la madera. Él solía decir que las mentiras son culebras venenosas que serpentean entre los recuerdos.

Si caminas hacia este lado encontrarás el cielo...

El sol es un niño que juega al escondite, dijeron por ahí. Se esconde bajo tierra y reaparece en las nubes. En los días de niebla el sol está triste, porque ha perdido la partida y debe contar las horas hasta que llegue la luna; su eterna contrincante.

Si caminas hacia el otro lado encontrarás a un hombre...

Así que muchos seguirán este sendero porque las personas hablan; cuentan historias sobre hadas y castillos encantados. A veces pienso que el hombre es una caja pequeñita, siempre entreabierta, en un rincón del universo, rodeada de neblina y partituras rotas.


Pero si la desidia y el cansancio te pueden, si te quedas quieto...¿qué puedes encontrar? Sólo oscuridad en la luz. Una antítesis eterna quemando tus entrañas. Un barco que siempre regresa hacia el amanecer.

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-Ten siempre presente esto, amiga -le dijo la intriga a la curiosidad-: si te pierdes, no intentes regresar.