Hoy amaneció demasiado temprano y era extraño, porque no había nada azul. El cielo era gris, sin nubes de blanca angora. Todo era tan deprimente que el día semejaba cual noche más oscura.
Se suele calificar a las personas de búhos y lechuzas, o por un contrario de simples girasoles. Supongo que yo soy de las primeras. No visto oscuro, bastantes veces no soporto el negro, a no ser combinado con absoluta claridad de aura. Pero el firmamento no se tiñe de luto...sino de azul. Un color oscuro y monocromo, o la misma cara del diablo. Muchos comparan el cielo estrellado con una enorme alfombra persa mágica, sin fin ni principio. Hubo un tiempo en que yo también veía eso...pero hoy, ahora que anochece, ya no.
Cuando miro hacia arriba y veo las estrellas imagino una pantera con miles de ojos que parpadean. Pero luego me pregunto: ¿y si esas estrellas desapareciesen? Así que la pantera, y por ende cualquier otro felino hambriento, se desmonta.
Otra posibilidad es que se trate de un retazo de tela agujereado. Si vemos lo que se ha dado en llamar estrella, es porque la luz del sol de un mundo paralelo se asoma al nuestro; sino hay nada ahí arriba, es porque alguien intenta tapar los agujeros.
Y por último, una tercera teoría. No existe el cielo, ni las estrellas. Todo está y es, tu imaginación.
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